San Martín demostró que la casa se respeta. Su rival, River Plate, sucumbió ante el juego ordenado y de conjunto de un equipo peruano con orgullo. Y aunque River no jugó como su historia lo determina es porque la San Martín lo impidió. La diferencia abismal fue que los peruanos jugaron como un todo y los de River como pequeñas partes (con los nombres no siempre se gana). Por otro lado Bolo logró tan sólo un punto que igual se disfruta, porque seamos sinceros, en el Perú puntos no nos sobran. Bolo la sudó e hizo el desgaste (aunque le faltó definición) y por eso el punto es meritorio. Punto aparte, en ambos equipos peruanos hay que resaltar el puesto de arquero. Tanto Butrón como Penny demostraron porque son los arqueros de la selección. En lo personal me agrada más el estilo de Penny pero ambos atajaron con gran categoría.
Lo único malo de la noche fueron las declaraciones de Butrón y Pedro García sobre la falta de apoyo. Esa muestra de resentimiento y revanchismo es uno de los cánceres de nuestra sociedad peruana. Muchachos, el triunfo es una alegría no la manchemos con ese resentimiento (sean reales o ficticios, eso no importa). No les den más comida a esos buitres, entre ellos muchos periodistas (futboleros) que hoy y mañana saldrán en sus canales para hablar del triunfo de la San Martín como suyo. Ayer, ¿donde estaban?
Lo único malo de la noche fueron las declaraciones de Butrón y Pedro García sobre la falta de apoyo. Esa muestra de resentimiento y revanchismo es uno de los cánceres de nuestra sociedad peruana. Muchachos, el triunfo es una alegría no la manchemos con ese resentimiento (sean reales o ficticios, eso no importa). No les den más comida a esos buitres, entre ellos muchos periodistas (futboleros) que hoy y mañana saldrán en sus canales para hablar del triunfo de la San Martín como suyo. Ayer, ¿donde estaban?
